'Si no tiene lo suficiente para dos tórtolas o dos pichones de paloma, por aquello en que pecó, traerá como su ofrenda la décima parte de un efa de harina fina como ofrenda por el pecado. No pondrá sobre ella aceite ni incienso, porque es una ofrenda por el pecado.
'Si a esa persona tampoco le alcanza para comprar dos tórtolas o dos pichones, presentará entonces en sacrificio expiatorio, como ofrenda por el pecado cometido, dos litros[1] de flor de harina. Como se trata de un sacrificio expiatorio, no se le pondrá aceite ni incienso.
»Si quien cometió el pecado tampoco tiene dinero como para comprar las dos palomas o las dos tortolitas, podrá presentarme como ofrenda por su perdón dos kilos de harina de la mejor calidad. Se la llevará al sacerdote, y él tomará un puñado de harina y lo quemará sobre el altar. Así, ustedes se acordarán de que yo soy quien les da todas las cosas. Esta es una ofrenda por el perdón de pecados, así que no le pongan ni aceite ni incienso.
Si no le alcanza para dos tórtolas o dos pichones, presentará, como ofrenda suya por haber pecado, una décima de medida de flor de harina como sacrificio por el pecado. No añadirá aceite, ni echará sobre ella incienso, porque es sacrificio por el pecado.
Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es expiación.
Mas si su posibilidad no alcanzare para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá por su ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina por expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es expiación.