--¡Déjenlos! --ordenó Jesús. Entonces le tocó la oreja al hombre, y lo sanó.
Pero Jesús dijo: —¡Alto! ¡No peleen! Luego, tocó la oreja del sirviente y lo sanó.
Pero Jesús dijo: «¡Dejad! ¡Basta ya!» Y tocando la oreja le curó.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le sanó.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Dejad hasta aquí. Y tocando su oreja, le sanó.