Entonces Jesús, gritando a gran voz, dijo: —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y habiendo dicho esto, expiró.
Entonces Jesús exclamó con fuerza: --¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró.
Jesús gritó con fuerza y dijo: «¡Padre, mi vida está en tus manos!» Después de decir esto, murió.
y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, = en tus manos pongo mi espíritu» = y, dicho esto, expiró.
Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.
Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.