Y el siervo de cierto centurión, a quien él tenía en mucha estima, estaba enfermo y a punto de morir.
Había allí un centurión, cuyo siervo, a quien él estimaba mucho, estaba enfermo, a punto de morir.
Allí vivía un capitán del ejército romano, que tenía un sirviente a quien apreciaba mucho. Ese sirviente estaba muy enfermo y a punto de morir.
Se encontraba mal y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste.
Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir.
Y el siervo de un centurión, al cual éste tenía en estima, estaba enfermo y a punto de morir.