Tú no me besaste, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.
Tú no me saludaste con un beso. Ella, en cambio, desde que llegué a tu casa no ha dejado de besarme los pies.
No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies.
No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
No me diste beso, mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.