Mientras él aún hablaba, vino uno de la casa del principal de la sinagoga para decirle: —Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando alguien llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: --Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.
Jesús no había terminado de hablar cuando llegó un mensajero, que venía de la casa de Jairo, y le dijo: —Ya murió su hija. No moleste usted más al Maestro.
Estaba todavía hablando, cuando uno de casa del jefe de la sinagoga llega diciendo: «Tu hija está muerta. No molestes ya al Maestro.»
Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.
Hablando aún él, vino uno del príncipe de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto, no molestes más al Maestro.