Los discípulos se asombraron por sus palabras; pero Jesús, respondiendo de nuevo, les dijo: —Hijitos, ¡cuán difícil es entrar en el reino de Dios!
Los discípulos se asombraron de sus palabras. --Hijos, ¡qué difícil es entrar* en el reino de Dios! --repitió Jesús--.
Los discípulos se sorprendieron al oír eso, pero Jesús volvió a decirles: —Amigos, ¡es muy difícil entrar en el reino de Dios!
Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra, les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios!
Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!
Y los discípulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesús respondiendo otra vez, les dijo: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!