Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
Si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos.
Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.»
Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
Por tanto, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.