Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede mantenerse en pie.
Si los habitantes de un país se pelean entre sí, el país acaba por destruirse.
Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir.
Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.
Y si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.