'El que tenga oídos para oír, que oiga', añadió Jesús.
Luego Jesús dijo: «¡Si en verdad tienen oídos, presten mucha atención!»
Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.
Y les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.