--Mándanos a los cerdos; déjanos entrar en ellos.
Entonces los malos espíritus le rogaron a Jesús: —¡Déjanos entrar en esos cerdos!
y le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en ellos.»
Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.
Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los puercos para que entremos en ellos.