--¡Hija, tu fe te ha sanado! --le dijo Jesús--. Vete en paz y queda sana de tu aflicción.
Jesús le dijo: —Hija, has sido sanada porque confiaste en Dios. Vete tranquila.
El le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.»
Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote.
Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.