Mientras él aún hablaba, vinieron de la casa del principal de la sinagoga, diciendo: —Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestas más al Maestro?
Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos hombres de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: --Tu hija ha muerto. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?
Jesús no había terminado de hablar cuando llegaron unas personas desde la casa de Jairo, y le dijeron: —¡Su hija ha muerto! ¿Para qué molestar más al Maestro?
Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?»
Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?
Hablando aún él, vino uno de la casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?