Dichoso el que no tropieza por causa mía.
»Dios va a bendecir a los que me ven hacer esto y no me abandonan.
¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!»
y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.
Y bienaventurado es el que no fuere escandalizado en mí.