--No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces* --le contestó Jesús--.
Jesús le contestó: —No basta con perdonar al hermano sólo siete veces. Hay que perdonarlo una y otra vez; es decir, siempre.
Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.