Lo ataron, se lo llevaron y se lo entregaron a Pilato, el gobernador.
Lo ataron, lo sacaron del palacio de Caifás y lo entregaron a Poncio Pilato, el gobernador romano.
Y después de atarle, le llevaron y le entregaron al procurador Pilato.
Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.
Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el Gobernador.