Mientras él hablaba estas cosas, he aquí vino un hombre principal y se postró delante de él diciéndole: —Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
Mientras él les decía esto, un dirigente judío llegó, se arrodilló delante de él y le dijo: --Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
Mientras Jesús hablaba, llegó un jefe de los judíos, se arrodilló delante de él y le dijo: «¡Mi hija acaba de morir! Pero si tú vienes y pones tu mano sobre ella, volverá a vivir.»
Así les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá.»
Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
Hablándoles él estas cosas, he aquí vino un principal y le adoró, diciendo: Mi hija ha muerto poco ha; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.