¡Unce el carro a los corceles, oh moradora de Laquis, —ella es el principio del pecado de la hija de Sion—, porque en ti se descubrieron las transgresiones de Israel!
Habitantes de Laquis,[6] ¡enganchen al carro los corceles! Con ustedes comenzó el pecado de la hija de *Sión; en ustedes se hallaron los delitos de Israel.
»Ustedes, habitantes de Laquis, ¡enganchen sus caballos a los carros! Fue en la ciudad de ustedes donde todos nuestros males comenzaron. Allí pecaron los israelitas, y allí pecaron los de Jerusalén.
¡Unce al carro los corceles, habitante de Lakís! (Tal fue el comienzo del pecado para la hija de Sión, porque en ti se encontraban los delitos de Israel.)
Uncid al carro bestias veloces, oh moradores de Laquis, que fuisteis principio de pecado a la hija de Sion; porque en vosotros se hallaron las rebeliones de Israel.
Unce al carro dromedarios, oh moradora de Laquis, que fuiste principio de pecado a la hija de Sión; porque en ti se inventaron las rebeliones de Israel.