¡Saquead la plata, saquead el oro! ¡No tienen límites la calidad y el peso de todos los objetos preciosos!
¡Saqueen la plata! ¡Saqueen el oro! El tesoro es inagotable, y abundan las riquezas y los objetos preciosos.
Los soldados enemigos gritan: «Tomemos el oro y la plata; ¡son tantas las riquezas de Asiria que parecen no tener fin!»
Grande será la gloria de esta Casa, la de la segunda mayor que la de la primera, dice Yahveh Sebaot, y en este lugar daré yo paz, oráculo de Yahveh Sebaot.
Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables.
Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de todos los objetos preciosos.