Entonces habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: —¿Qué hacen estos miserables judíos? ¿La han de dejar restaurada para sí? ¿Han de volver a ofrecer sacrificios? ¿Han de acabar en un día? ¿Han de hacer revivir las piedras de entre los montones de escombros, estando éstas quemadas?
Ante sus compañeros y el ejército de Samaria dijo: ¿Qué están haciendo estos miserables judíos? ¿Creen que se les va a dejar que reconstruyan y que vuelvan a ofrecer sacrificios? ¿Piensan acaso terminar en un solo día? ¿Cómo creen que de esas piedras quemadas, de esos escombros, van a hacer algo nuevo?
Delante de sus compañeros y del ejército de Samaria dijo: «¿Qué se traen entre manos esos pobres judíos? ¿Creen que podrán reconstruir la ciudad y volver a ofrecer sacrificios? ¿Creen que podrán hacerlo en un día? ¿Piensan que de ese montón de escombros van a sacar piedras nuevas?»
y se conjuraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y a humillarme a mí.
Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?
Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se fortalecerán a sí mismos? ¿Han de sacrificar? ¿Han de acabar en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo, las piedras que fueron quemadas?