En el lugar donde oigáis el sonido de la corneta, allí reuníos con nosotros. Y nuestro Dios combatirá por nosotros.
Por eso, al oír el toque de alarma, cerremos filas. ¡Nuestro Dios peleará por nosotros!'
Por eso, si nos atacan, oirán sonar la trompeta. Si así sucede, corran a ayudarnos. Nuestro Dios luchará por nosotros».
En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.
En el lugar donde oyereis la voz de la trompeta, reuníos allí con nosotros. Nuestro Dios peleará por nosotros.