y acordaron atacar a Jerusalén y provocar disturbios en ella.
Todos juntos hicieron un plan para pelear contra nosotros y desanimarnos.
Al ver su miedo, me levanté y dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «¡No les tengáis miedo; acordaos del Señor, grande y terrible, y combatid por vuestros hermanos, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestras mujeres y vuestras casas!»
y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño.
y conspiraron todos a una para venir a combatir a Jerusalem, y a hacerle daño.