Lo que se preparaba para cada día era un toro y seis ovejas escogidas. También se preparaban aves para mí; y cada diez días, odres de vino en abundancia. No obstante, nunca exigí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era pesada.
Era tarea de todos los días preparar un buey, seis ovejas escogidas y algunas aves; y cada diez días se traía vino en abundancia. Pero nunca utilicé el impuesto que me correspondía como gobernador, porque ya el pueblo tenía una carga muy pesada.
Todos los días se preparaba por mi cuenta un buey, seis de las mejores ovejas, y también aves; cada diez días se servía abundante vino. Sin embargo, no cobraba lo que me correspondía como gobernador, porque la gente ya sufría bastante.
Diariamente se aderezaban a expensas mías un toro, seis carneros escogidos y aves; y cada diez días se traía cantidad de odres de vino. Y a pesar de todo, jamás reclamé el pan del gobernador, porque un duro trabajo gravaba ya al pueblo.
Y lo que se preparaba para cada día era un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para mí aves, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave.
Y lo que se aderezaba para cada día era un buey, seis ovejas escogidas, y aves también se aparejaban para mí, y cada diez días vino en toda abundancia: y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave.