Después fui a la casa de Semaías hijo de Delaías, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado allí. Y me dijo: —Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vendrán para matarte. ¡Sí, a la noche vendrán para matarte!
Fui entonces a la casa de Semaías, hijo de Delaías y nieto de Mehitabel, que se había encerrado en su casa. Él me dijo: 'Reunámonos a puerta cerrada en la casa de Dios, en el interior del templo, porque vendrán a matarte. ¡Sí, esta noche te quitarán la vida!'
Después me fui a ver a Semaías hijo de Delaías, y nieto de Mehetabel, que se había encerrado en su casa, y él me dijo: —Vamos al templo de Dios. Allí nos refugiaremos y cerraremos bien las puertas, porque esta noche han planeado matarte.
Había ido yo a casa de Semaías, hijo de Delaías, hijo Mehetabel, que se encontraba detenido. Dijo él: «Démonos cita en la Casa de Dios, en el interior del santuario; cerremos las puertas del santuario; porque van a venir a matarte, esta misma noche vienen a matarte.»
Vine luego a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.
Vine luego en secreto a casa de Semaías hijo de Delaías, hijo de Mehetabeel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.