Entonces respondí: —¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Quién siendo como yo entraría en el templo para salvar su vida? ¡No entraré!
Pero yo le respondí: ¡Yo no soy de los que huyen! ¡Los hombres como yo no corren a esconderse en el templo para salvar la vida! ¡No me esconderé!
Pero yo le respondí: —No pienses que soy un cobarde. ¿Crees que me refugiaría en el templo de Dios para salvar mi vida? ¡No! No lo haré.
Pero yo respondí: «¿Un hombre como yo va a huir? ¿Qué hombre que sea como yo entraría en el santuario para salvar su vida? No iré.»
Entonces dije: ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al templo para salvarse la vida? No entraré.
Entonces dije: ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al templo para salvar su vida? ¡No entraré!