Por eso aquel lugar llegó a ser conocido como Taberá,[1] pues el fuego del Señor ardió entre ellos.
Por eso llamaron a ese lugar Taberá, que quiere decir «incendio». Lo llamaron así para recordar que Dios se había enojado allí contra ellos.
Por eso se llamó aquel lugar Taberá, porque había ardido contra ellos el fuego de Yahveh.
Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.
Y llamó a aquel lugar Tabera; porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.