Pero ahora nuestro apetito se reseca, ya que no hay ante nuestros ojos más que el maná.
Pero ahora, tenemos reseca la garganta; ¡y no vemos nada que no sea este maná!'
En cambio ahora tenemos el alma seca. No hay de nada. Nuestros ojos no ven más que el maná.»
y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.
Y ahora nuestra alma se seca; que nada sino maná ven nuestros ojos.