'‘No profanaréis la tierra donde estéis, porque la sangre humana profana la tierra. No se puede hacer expiación por la tierra, debido a la sangre que fue derramada en ella, sino por medio de la sangre del que la derramó.
'No profanes la tierra que habitas. El derramamiento de sangre *contamina la tierra, y sólo con la sangre de aquel que la derramó es posible hacer *expiación en favor de la tierra.
»No echen a perder el territorio en el que viven porque yo, su Dios, vivo allí entre ustedes, y no soporto estar en un lugar en donde viven asesinos. Sólo matando al asesino podrán hacer que el lugar vuelva a ser digno de mi presencia».
No profanaréis la tierra en que estáis, porque aquella sangre profana la tierra, y la tierra no queda expiada de la sangre derramada más que con la sangre del que la derramó.
Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta sangre amancillará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó.
Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis: porque esta sangre amancillará la tierra: y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó.