Así sucedía continuamente: La nube lo cubría de día, y la apariencia de fuego de noche.
Así sucedía siempre: de día la nube cubría el santuario, mientras que de noche cobraba apariencia de fuego.
Y así sucedía siempre: durante el día lo cubría una nube, pero en la noche lo iluminaba una especie de fuego.
Así sucedía permanentemente: la Nube la cubría y por la noche tenía aspecto de fuego.
Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego.
Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego.