Mientras más los llamaba, más se iban ellos de mi presencia. A los Baales ofrecían sacrificio, y a los ídolos quemaban incienso.
Pero cuanto más lo llamaba, más se alejaba de mí.[1] [2] y quemaba incienso a las imágenes.
Pero mientras más te llamaba, más te alejabas de mí, y les presentabas ofrendas a tus ídolos y dioses falsos.
Cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí: a los Baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían incienso.
Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios.
Como los llamaban, así ellos se iban de su presencia; a los Baales sacrificaban, y a las esculturas quemaban incienso.