'Llamen a sus hermanos: Pueblo mío,[1] y a sus hermanas: Compadecidas.[2]
El día que vuelvan, los hombres serán llamados “Pueblo de Dios”, y las mujeres serán llamadas “Compadecidas”».
El número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se mide ni se cuenta. Y en el lugar mismo donde se les decía «No-mi-pueblo», se les dirá: «Hijos-de-Dios-vivo.»
Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: Ruhama.
DECID a vuestros hermanos, Ammi, y vuestras hermanas, Ruhama: