Aunque se haya terminado su orgía, se siguen prostituyendo. Sus gobernantes aman mucho lo que avergüenza.
Cuando ya no tienen licor, se entregan de lleno a la prostitución, ¡y hasta sus gobernantes aman la deshonra!
¡Mientras se emborrachan, van en busca de mujerzuelas! Prefieren la mala vida a vivir como gente decente.
En saliendo de beber se prostituyen más y más, prefieren a su Prez la Ignominia.
Su bebida se corrompió; fornicaron sin cesar; sus príncipes amaron lo que avergüenza.
Su bebida se corrompió; fornicaron pertinazmente; sus príncipes amaron lo que avergüenza.