Todos ellos son adúlteros. Son como un horno encendido por el panadero que cesa de avivar el fuego después que está hecha la masa, hasta que esté leudada.
Parecen un horno encendido cuyo fuego no hace falta atizar desde que el panadero prepara la harina hasta que la masa fermenta. ¡Todos ellos son adúlteros!
No hay uno solo de ellos que sea fiel en su matrimonio; se parecen a un horno caliente, al que no hace falta calentarlo más: el panadero sólo tiene que esperar a que fermente la masa.
Todos ellos, adúlteros, son como un horno ardiente, que el panadero deja de atizar desde que amasa la pasta hasta que fermenta.
Todos ellos son adúlteros; son como horno encendido por el hornero, que cesa de avivar el fuego después que está hecha la masa, hasta que se haya leudado.
Todos ellos adúlteros; son como horno encendido por el hornero, el cual cesará de avivar después que esté hecha la masa, hasta que esté leuda.