28
Porque ¿cuál de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
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No sea que después de haber puesto los cimientos y al no poderla terminar, todos los que la vean comiencen a burlarse de él,
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diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.’
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¿O qué rey, que sale a hacer guerra contra otro rey, no se sienta primero y consulta si puede salir con diez mil al encuentro del que viene con veinte mil?
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De otra manera, cuando el otro rey está todavía lejos, le envía una embajada y pide condiciones de paz.
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Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.