En las muchas palabras no falta pecado, pero el que refrena sus labios es prudente.
El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua.
Hablar mucho es de tontos; saber callar es de sabios.
En las muchas palabras no faltará pecado; quien reprime sus labios es sensato.
/nEn las muchas palabras no falta pecado; /nMas el que refrena sus labios es prudente.
En las muchas palabras no falta pecado: Mas el que refrena sus labios es prudente.