La ciudad se regocija por el bien de los justos, y cuando perecen los impíos, hay grito de alegría.
Cuando el justo prospera, la ciudad se alegra; cuando el malvado perece, hay gran regocijo.
Cuando los buenos triunfan, la ciudad se alegra; cuando los malvados mueren, todo el mundo hace fiesta.
Con el bien de los justos la ciudad se regocija, con la perdición de los malos grita de alegría.
/nEn el bien de los justos la ciudad se alegra; /nMas cuando los impíos perecen hay fiesta.
En el bien de los justos la ciudad se alegra: Mas cuando los impíos perecen, hay fiesta.