Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza, y su expectativa de las riquezas perecerá.
Muere el malvado, y con él su esperanza; muere también su ilusión de poder.
Cuando mueren los malvados, mueren con ellos su esperanza y sus sueños de grandeza.
En la muerte del malo se esfuma su esperanza, la confianza en las riquezas se desvanece.
/nCuando muere el hombre impío, perece su esperanza; /nY la expectación de los malos perecerá.
Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza; Y la expectativa de los malos perecerá.