El justo es librado de la desgracia, pero el impío llega al lugar que le corresponde.
El justo se salva de la calamidad, pero la desgracia le sobreviene al malvado.
A los malvados les cae la desgracia, pero los buenos quedan a salvo.
El justo es librado de la angustia, y el malo viene a ocupar su lugar.
/nEl justo es librado de la tribulación; /nMas el impío entra en lugar suyo.
El justo es librado de la tribulación: Mas el impío viene en lugar suyo.