El que ama la corrección ama el conocimiento, pero el que aborrece la reprensión se embrutece.
El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio.
Quien ama la corrección, también ama el conocimiento; ¡hay que ser tonto para no aprender del castigo!
El que ama la instrucción ama la ciencia, el que odia la reprensión es tonto.
/nEl que ama la instrucción ama la sabiduría; /nMas el que aborrece la reprensión es ignorante.
EL que ama la instrucción ama la sabiduría: Mas el que aborrece la reprensión, es ignorante.