El insensato al instante da a conocer su ira, pero el que disimula la afrenta es prudente.
El necio muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto.
Los tontos fácilmente se enojan; los sabios perdonan la ofensa.
El necio, al momento descubre su pena, el prudente oculta la ignominia.
/nEl necio al punto da a conocer su ira; /nMas el que no hace caso de la injuria es prudente.
El necio al punto da a conocer su ira: Mas el que disimula la injuria es prudente.