El negligente no alcanza presa, pero el hombre diligente obtendrá preciosa riqueza.
El perezoso no atrapa presa,[6] pero el diligente ya posee una gran riqueza.
El perezoso se queda sin comida; el trabajador la tiene en abundancia.
El indolente no pone a asar su caza; la diligencia es la mejor fortuna del hombre.
/nEl indolente ni aun asará lo que ha cazado; /nPero haber precioso del hombre es la diligencia.
El indolente no asará su caza: Mas haber precioso del hombre es la diligencia.