El corazón del justo piensa para responder, pero la boca de los impíos expresa maldades.
El corazón del justo medita sus respuestas, pero la boca del malvado rebosa de maldad.
El bueno piensa antes de responder; el malvado habla y deja ver su maldad.
El corazón del justo recapacita para responder, la boca de los malos esparce maldades.
/nEl corazón del justo piensa para responder; /nMas la boca de los impíos derrama malas cosas.
El corazón del justo piensa para responder: Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.