Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos.
No hay mejor medicina que tener pensamientos alegres. Cuando se pierde el ánimo, todo el cuerpo se enferma.
El corazón alegre mejora la salud; el espíritu abatido seca los huesos.
/nEl corazón alegre constituye buen remedio; /nMas el espíritu triste seca los huesos.
El corazón alegre trae sanidad; Mas el espíritu triste seca los huesos.