El malhechor está atento al labio inicuo, y el mentiroso escucha a la lengua destructora.
El malvado hace caso a los labios impíos, y el mentiroso presta oído a la lengua maliciosa.
El mentiroso le cree al mentiroso y el malvado le cree al malvado.
El malo está atento a los labios inicuos, el mentiroso presta oído a la lengua perversa.
/nEl malo está atento al labio inicuo; /nY el mentiroso escucha la lengua detractora.
El malo está atento al labio inicuo; y el mentiroso escucha a la lengua detractora.