El hermano ofendido resiste más que una ciudad fortificada; y las contiendas, más que los cerrojos de un castillo.
Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada; los litigios son como cerrojos de ciudadela.
Es más fácil derribar un muro que calmar al amigo ofendido.
Un hermano ofendido es peor que una plaza fuerte, y las querellas son como cerrojos de ciudadela.
/nEl hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, /nY las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.
El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.