Cuando el rey se sienta en el tribunal, con su sola mirada barre toda maldad.
En cuanto el rey se sienta para juzgar al acusado, con una mirada suya acaba con el malvado.
Un rey sentado en el tribunal disipa con sus ojos todo mal.
/nEl rey que se sienta en el trono de juicio, /nCon su mirar disipa todo mal.
El rey que se sienta en el trono de juicio, con su mirar disipa todo mal.