El que se entremete en pleito ajeno es como el que agarra de las orejas a un perro que pasa.
Meterse en pleitos ajenos es como agarrar a un perro por las orejas.
Tan peligroso resulta meterse en pleitos ajenos, como querer agarrar por la cola a un perro bravo.
Agarra por las orejas a un perro que pasa el que se mete en litigio que no le incumbe.
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El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, Es como el que toma al perro por las orejas.