El aceite y el perfume alegran el corazón; y la dulzura de un amigo, más que el consejo del alma.
El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.[1]
Con un buen perfume se alegra el corazón; con la dulzura de la amistad se vuelve a la vida.
El aceite y el perfume alegran el corazón, la dulzura del amigo consuela el alma.
/nEl ungüento y el perfume alegran el corazón, /nY el cordial consejo del amigo, al hombre.
El ungüento y el perfume alegran el corazón: Y el amigo al hombre con el cordial consejo.