Quien consiente a su criado cuando éste es niño, al final habrá de lamentarlo.[1]
Si empiezas por consentir a tu sirviente, al final tendrás que lamentarlo.
Si se mima a un esclavo desde niño, al final será un ingrato.
/nEl siervo mimado desde la niñez por su amo, /nA la postre será su heredero.
El que con cuidado cría a su siervo desde su niñez; a la postre éste vendrá a ser su hijo: