Los insolentes conmocionan a la ciudad, pero los sabios apaciguan los ánimos.
Los que aman la intriga enredan a todos en pleitos, pero los sabios siembran la paz.
Los arrogantes turban la ciudad, los sabios alejan la cólera.
/nLos hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas; /nMas los sabios apartan la ira.
Los hombres escarnecedores agitan la ciudad; mas los sabios apartan la ira.